Please remember...

Una vez más mis pasos me habían conducido inconscientemente allí, suspiré con algo de pesadez, reprendiéndome a mí mismo por ello, pero no por ello variando mi rumbo, caminando entre las viejas tumbas a una en particular, inclinando cortés la cabeza frente a ella - Vergil... - susurré suavemente el nombre de mi difunto hermano, muerto hace ya tanto tiempo que ni podía recordarlo... mentira... lo recordaba... lo recordaba cómo si fuera ayer mismo, cómo si hubiera pasado apenas unos minutos antes de mi llegada a su tumba
Suspiré hondo, llevando inconscientemente mi mano a la funda de la espada que había tomado de su cadaver, acariciando al empuñadura cuidadosamente y mordiéndome suavemente el labio, mirando mis manos, casi viendolas ensangrentadas al recordar lo ocurrido, agitando la cabeza para sacar esa ilusión de mi mente, hincando una rodilla en tierra y susurrando lentamente una oración en latín frente a aquel frío lecho para después levantarme cuidadosamente y sacudir la tierra del uniforme, suspirando de forma algo pesada... no podía olvidarlo... pese a que lo único que pretendía en ese momento era no pensar en nada

Caminaba inconscientemente a través de la oscuridad, buscando por el solitario lugar algún infeliz de quien poder alimentarme. Suspiré con pesadez recordando lo mucho que odiaba la maldición que había caído sobre mí, pero no podía evitarlo, llevaba más de dos semanas sin tomar ni un pequeño sorbo y mi deterioro iba en aumento.
"Ojalá no tuviese que alimentarme nunca más" maldije para mis adentros mientras en movía en las lápidas intentando buscar algún pobre que lo hubiera perdido todo, sin muchas esperanzas, y mucho menos ganas, de encontrarlo.
Un gruñido de frustración se escapó de mis labios cuando finalmente localicé un hombre rezando junto a una tumba, parecía que esa noche no había habido suerte...

Era plenamente de que no estaba sólo ahí desde hacía ya un pequeño periodo de tiempo, pero no por ello detuve mi oración, manteniéndome firme en la erguida posición en la que estaba, había comenzado orando en perfecto latín en mi mente, no tardando en levantarme de mi posición y dejar de estar de rodillas, manteniendo simplemente mi cabeza ligeramente inclinada en una sutíl muestra de respeto, cerrando los ojos, tratando de vislumbrar la situación en la que me encontraba en mi mente, volcándome en los reflejos que tanto entrenaba a diario... sintiendo el ambiente

Suspiré suavemente, de forma casi imperceptible, mordiéndome el labio con suavidad y volviendo mi mente al presente, apartándome del tormento que dia tras día me perseguía al recordar todo lo ocurrido en vida y me dispuse a salir de aquel lugar, procurando por ahora no prestar demasiada atención al individuo que sabía allí conmigo

Avancé hacia él lentamente percibiendo su agradable aroma, mientras por mi mente lo único que pasaba era la decepción por ser como era... un depredador nato que había renegado a sus instintos.
Aún con la garganta reseca por la sed, y perdiendo por momentos los sentidos, normalmente más agudos que los de una persona, intenté comunicarme con él... no podía atacarlo ferozmente, y mucho menos sin antes haber descubierto si realmente no tenía nada que perder, así me costara la vida.
-Hola... - susurré intentando aliviar, al menos durante unos momentos, la sed, el desfallecimiento, la sensación de que la piernas pudieran fallarme en cualquier momento.

Al haberme sentido previamente acechado había observado al muchacho de arriba abajo y había notado con bastante facilidad que algo no estaba bien con él, me mantuve a una prudencial distancia, pero de alguna forma sabía que no estaba en peligro, sonreí amable, cómo siempre hacía, y me acerqué un par de pasos después, manteniéndome aún algo alejado y acariciando distraídamente el mango de mi espada Rebellion, esperando que aquello no le asustara al poderme notar ofensivo, por ello retiré mi mano del arma, acercándola a él - ¿te encuentras bien? - tanteé cuidadoso, no parecía tener muy buen aspecto ahora que me fijaba mas...

Noté la frustración y el odio invadirme... no podía intentar atacar a alguien asi, tan amable.
Me dejé caer sobre mis rodillas, aguantando las lágrimas que acechaban por salir... no podía... no quería volver a alimentarme.
-Lo siento... - dije en un leve susurro, arrepentido por haberle visto como a un simple alimento que llevarse a la boca, sabiendo que con esas palabras no arreglaría nada, pues siempre sabría cual era mi intención. Un hilillo de sangre recorrió surcó mi labio, sin ser consciente todavía de cuando había empezado a morderlo con furia.

Mi curiosidad... iba en aumento por momentos, escuché su quedo "lo siento" y no tardé en oler su sangre cómo si en mis labios estuviera
Suspiré suavemente, haciendo gala de mi autocontrol y me incliné frente a él tendiéndole la mano frente a su rostro, levantando su barbilla y limpiando la sangre que se deslizaba por su barbilla cuidadosamente, secándola con el borde de la camisa de mis manos de inmediato, sonriéndole -vamos... arriba - llamé su atención, instándole a que se apoyara en mi mano y se levantara de ahí

Inhalé su aroma, intentando mantener la cordura cuando me sujetó la barbilla... no quería atacarlo, no quería que me vieran en ese estado.
Mi reacción al ofrecerme apoyarme en él fue apartar de un manotazo su brazo, alejándome un poco...
-Aléjate... - gruñí mostrándole los colmillos para darle a entender lo que sucedía, intentando no parecer una amenaza, pero sin inspirar la suficiente confianza para que se acercara.

No tardé en comprender el problema... esas ojeras ligeramenta marcadas, esa piel más palida de lo normal... y por supuesto esos dientes... estaba hambriento, reí suavemente, acercándome de nuevo y volviendo a tenderle mi mano, sonriendo esta vez con los dientes a la vista, haciendole ver que compartíamos la misma maldición con total naturalidad, aguantando su mirada - no - negué descarado ante su "orden"

No me importaba si él era un vampiro... era la única persona cerca en esos momentos y no quería morderlo, ni dañarlo, y si seguía así acabaría sin poder contenerse...
-Por favor... - miré suplicante, intentando contener el ansia, intentando no abalanzarme sobre él, mientras enterraba mis uñas en la tierra, apretando con demasiada fuerza.

Sonreí, acercándome mas - no - volví a repetir, caminando hasta arrodillarme delante de él, tendiéndole mas de cerca la mano, bufando suave ante su pasividad y tirando de él hasta levantarle, dejándole apoyado contra mi cuerpo, evitando así que siguiera autodañándose y acariciando suavemente su cabello, sabía por lo que ese chico pasaba pues yo mismo lo había pasado en cientos de ocasiones... la sed... la irresistible sed que acababa por dominarte

Su agradable aroma llenó todos mis sentidos, haciéndome perder completamente la razón... estaba demasiado cerca, podía sentirlo...
Acerqué mis labios a su cuello, deseando que alguien me detuviese... no quería hacerlo, pero la sed era superior a mi...
Sentí como las lágrimas empezaban resbalar por mis mejillas... nunca podría perdonarme hacer algo así... apreté mi mano contra su ropa, aguantando la tentación, con los colmillos demasiado cerca de él... no me importaba nada más...

Suspiré con suavidad, acariciando lentamente su espalda, estirando el cuello para darle mayor acceso sin aparentar miedo o arrepentimiento ante mis actos, mostrándole que no tenía problema alguno en que tomara de mi cuanta sangre precisara en aquel momento, instándole suavemente mientras con una mano en su nuca, firme y suave a la vez, le mantenía contra mi piel - muerde si es eso lo que precisas - le susurraba suave mientras acariciaba su cabello - no vas a hacerme daño

Oír sus palabras no me hizo sentir menos culpable por lo que estaba a punto de hacer, pero sabía que lo necesitaba... ansiaba probar su sangre.
Clavé mis colmillos en su tersa piel sin demasiada delicadeza, poco propia en mi, y empecé a notar como su el caliente líquido atravesaba mi garganta, mezclado con alguna de mis saladas lágrimas que se colaba sin desearlo...
Noté cómo la sed iba disminuyendo a medida que succionaba su sangre, exquisito manjar, sin saber si podría detenerme sin su ayuda.

Me dejé hacer, manteniendo el cuello estirado tras haber soltado un suave ronroneo al sentir sus dientes perforar mi piel, estirando el cuello inconscientemente y arqueándome de forma apenas perceptible, manteniendo su rostro contra mi cuello y acariciando aún su suave cabello castaño, susurrando palabras de ánimo en voz baja cerca de su rostro sin dejar de consentir su cabello con cuidado, era la primera vez que veía a alguien de mi raza tan alterado mientras comía

Sus palabras me ayudaron a salir del ensimismamiento en el que me encontraba inmerso, ese hipnótico sabor... su sangre..
Me aparté bruscamente de él, al darme cuenta de lo que acababa de pasar, llevándome la mano al labio para limpiarme el rastro que su sangre había dejado en ellos mientras le miraba con recelo y furia por no haberme detenido, por no haber evitado que le mordiese...
-Lo siento...- susurré sin atreverme a mirarle a los ojos... le había mordido... no me diferenciaba del resto de salvajes... no me había podido controlar...

Con una mueca amable en el rostro le obligué a mirarme a los ojos, perdiéndome en los suyos... ahora estaban azules, un hermoso tono de azul del que era incapaz de apartar la vista en aquel instante - todos los seres "vivos" - ronroneé la ultima palabra en un tono distinto, riendome de mí mismo ante lo incierto que era - necesitamos alimentarnos... - reí suave, levantando su mentón hasta quedar mi rostro cerca del suyo - además... te obligué a hacerlo - le saqué la lengua con una sonrisilla picara

Bufé ante sus comentarios intentando apartar la mirada... no tenía razón... nunca me obligó a nada... por muy mal que me sentara, deseaba saciar mi sed con su sangre, apreté los puños instintivamente odiándome por habe admitido eso...
-Deberías haberme dejado morir... sería mejor para este mundo si la escoria como nosotros desapareciese -comenté sin cambiar la expresión de mi rostro, una expresión de frialdad y odio.

Mantuve el agarre afirmándolo ligeramente sin llegar a ser brusco, simplemente mostrando que si yo no quería él no me apartaría la vista... y no quería que dejara de mirarme... no quería dejar de ver esos ojos pese a la expresión que mostraban en ese momento
- Sabes que no es cierto - me limité a susurrar en su oído con arrogancia, afilando la mirada con un deje de malicia en ella, completamente confiado en lo que decía - no nos diferenciamos en tanto a otras razas al fin y al cabo - nosotros matabamos para comer... otros lo hacían simplemente por placer

-Te equivocas - gruñí cerrando los ojos... no quería tener que utilizar la fuerza para soltarme... ya había causado demasiados estragos esa noche.
-Siento haberme alimentado de su sangre- intenté parecer cortés, a pesar del severo dolor que sentía, y por ello tenía que zanjar nuestra "conversación" cuanto antes. -Pida lo que desea y le será concedido en compensación a lo sucedido - Le miré fulminantemente intentando mantener el azul de mis ojos que amenazaba con tornarse negro -Pero ni se le ocurra el pensar que puede lograr que llegue a apreciar esta maldición

Suspiré con algo de pesadez para después simplemente soltarle y sonreirle - no necesito que me "concedas" nada muchacho - me limité a encogerme de hombros con soltura, incorporándome y retirando los restos de lágrimas de su rostro con un dedo en apenas un suave roce, apartándome después de él un par de pasos tras incorporarme de la rodilla en la que había cargado mi peso al tenerle contra mi, estirando ligeramente las piernas y bostezando abiertamente, llevandome las manos a la nuca con tranquilidad - ni tampoco trato de convencerte de nada, simplemente te daba mi opinión - suspiré con pesadez, ese muchacho estaba a la defensiva y ni siquiera entendía el motivo - pero es cosa tuya al fin y al cabo - sonreí tierno, casi mirándole con lastima... si no se aceptaba él...

(suerte en el examen "cariño" y no te cures -.-)

Tras haberme soltado, me quedé mirando fijamente sus ojos, intentando ignorar el aroma de sus sangre y rogando por no mirar hacia la marca en su cuello... intentando asimilar todo lo que había pasado esa noche, evitando recordar el sabor de ese líquido para no perder el control de nuevo...
-Deberías cerrar la herida- comenté, todavía sin acercarme demasiado... -No quiero... atacar nuevamente...-susurré, atormentado todavía por no haber aguantado más tiempo sin herir a nadie.


(Y no... no me estoy curando xDDDD y gracias ^^)

- No vas a volver a morderme - dije simplemente, con un tono difícil de identificar hasta para mi, no sabía si lo había dicho confiando en sus habilidades o en las mias a modo sutil de amenaza, suspiré suavemente y simplemente me llevé la mano al cuello, apartando los restos de sangre sin mucho cuidado de mi cuello y lamiéndolos después para simplemente estirar los hombros, dejando la marca de la herida intacta y aún sangrando levemente sin preocuparme demasiado de ello

Suspiré frustrado sin ser capaz de comprender lo que sucedía con aque hombre, o era demasia terco o demasiado estúpido...
-Estás muy seguro de ello... - Intenté ahogar un gruñido de rabia que luchaba por salir de mi garganta mientras observaba la herida aún abierta en su cuello... aún tenía el regusto de su sangre, lo cual no ayudaba en esos momentos a mi autocontrol...
-Insisto... no me sentiría bien si hiciese algo por ti... - dijo... no le importaba qué le pidiera, no lograría sentirse bien hasta no haber "pagado" por su comida.

Me limité a sonreir a sus palabras, negando nuevamente con la cabeza - y yo insisto en que no es necesario - me encogí de hombros, restándole importancia, para mi no era algo tan... extraño ni tan valioso como para merecer un pago por ello ni mucho menos, o así lo veía yo al menos
Me recosté con dejadez contra una tumba desconocida, mirando al cielo con aire distraído, acariciando nuevamente el borde de la empuñadura de mi arma, estaba perdiendo el tiempo, debería irme... pero por algún motivo que quería creer desconocido... no me quería ir... llevaba demasiado tiempo sin compartir una conversación con alguien, y eso era lo mas parecido que había encotnrado en mucho tiempo, pese a que ese adorable chico terco se empeñara en lo contrario