La Discucion de Todos los Dias...

*Sentado en la mesa, esperaba con cansancio a sus dos "queridas" compañeras. Ambas, como siempre, se retrasaban en su llegada, considerándose ambas casi tan poderosas como los dioses. Este reino no mejoraba, decaía cada día que pasaba.

Se reclina levemente, y se quita la corona, depositandola sobre la mesa delante de el, y mirándola... pensando que hace 1000 años, perteneció a su abuelo. Suspira suavemente...*

Abuelo... que dirías ahora de Alexandria? * Sonríe de lado, y toma la corona limpiándola* ...bueno.. al menos no esta peor que en tu epoca...

*Sonríe de lado, y bosteza esperando a la llegada de sus queridas competidoras. *

*La puerta se abre de par en par, da una señal con la mano para que sus guardias personales se queden en la entrada y camina con la gracia de una gacela hasta su asiento. Sus ojos violáceos se posan en Nikolai* Buenas noches... Yustacovich

*Acomodó su falda oscura y cruzó sus finos dedos de muñeca sobre la mesa* ¿Aún no llega Galbraith?

*Su rostro no se inmutaba, tampoco se demostraba ni desprecio ni alegría. Era pacifico, más la oscuridad que le rodeaba hacía temer a los que estén derredor*

*llego con aire cansador, de brazos cruzados con la mirada fija hacia delante ignorando a todos los que estaban a su paso, abrió la puerta sin tocarla solo con ladear un poco la cabeza hacia el costado, camino hacia donde se encontraban los otros dos gobernantes y miro a nikolai entre cerrando un poco los ojos, se notaba el odio que emanaba de ella al ver que el estaba puliendo la corona enfrente de ella*

-aquí estoy…espero que sea algo importante…* movió la silla hacia atrás sin tocarla y se sentó mirando fijo a nikolai*

-y bien...el tiempo es oro nikolai…

- Y la educación platino, Lilinette... Calmate. Es tu deber como el nuestro encargarnos de estos tediosos temas. - Suspira levemente.

Era cierto que no disfrutaba de esas reuniones, no por la compañía, sino por lo tediosas y problemáticas que podían llegara ser.

- Bien, ya que estamos todos... Tenemos que pasar a lo importante... Aunque cada ducado posea su propio gobierno, los 3 debemos apegarnos a las leyes establecidas por nuestros antecesores para el gobierno central de Alexandria... ¿no es así? - espero un segundo y continuo - Por lo tanto, debemos exponer aquí, las quejas de los ciudadanos, y hacer algo por ellas... -

Se detuvo un momento, y rió de costado... sabia como terminaría eso, y le daba gracia que en tanto tiempo, no cambiara.

*niega con la cabeza y lo mira un tanto encariñada*
-sabes que los modales no son dignos de mi cuerpo y alma….si es que aun la tengo..Claro…
*suspiro y bajo la mirada cerrando sus ojos por unos segundos*
- si mi antecesora estuviera aquí nadie en mi pueblo se quejaría…pero….lamentablemente tengo que escuchar sus tediosas quejas….me han dicho que muchas de las mercancías no están llegando a su…destino….podría ser que alguien este interfiriendo en el comercio
*entrecierra los ojos*
-después…..quieren un nuevo puerto ya que el ultimo…bueno….fue una hermosa fogata de noche…
* sonríe con sarcasmo y se tapa la boca para que la risa no se le escape*

Acomodo un brazalete con sus pequeños dedos, este poseía grabado el símbolo de Kain

-Claro, como suele suceder, mi queja principal hacia vuestros ducados es la falta de comunión religiosa. Por supuesto, sé que ignorarán mis acotaciones, mas es mi deber como líder religiosa recordarles la falta de favor hacia sus territorios déspotas.-

Sus ojos recorrieron los rostros de sus interlocutores, fugazmente. Luego, se detuvieron en seco y se clavaron en los de Yustacovich

Escucho atentamente, y suspiro casi aburrido, oficialmente seria como cualquiera de las otras reuniones, nada nuevo, simplemente las mismas discusiones desde hace años. Les miro, con seriedad, y escucho cada palabra sin inmutarse, una vez hubieron finalizado, se inclino hacia delante., y comenzó a hablar.

- Lilinette... Por cuadringentésima vez, no vengas aquí quejándote de cosas que tu misma haces. Si destruyes un puerto, o se destruye por algún motivo "consecuencia" de algo que hacen tu o lo tuyos, sigue siendo tu responsabilidad, por lo que TU debes encargarte. - Dijo con seriedad y algo de molestia. - ... Respecto a las mercancías, ya tengo gente investigando el por que de las mercancías, pronto tendré una respuesta... -

Seguidamente cómodo sus ropas puesto que se había puesto algo molesto y decidió calmarse haciéndolo, y luego miro a Lilium.

- Respecto a eso, querida Lilium, Cada uno rinde honor a los dioses como le plazca... En mis tierras lo hacemos a La diosa de la vida, no al dios de la muerte, y somos recompensados por ello. - le mira atento - Sin embargo, te diría que tengas cuidado con tu fervor religioso, puesto que recibí varias quejas de pobladores de tus tierras "obligados" a sacrificarse por su dios.... -

Suspiro molesto, y se acomodo cerrando los ojos un momento, y tomándose la cien.

- En mi caso, estamos teniendo problemas con el agua, no suele llegar tan potable como antes desde el norte del rió, por lo que iré a investigar allí...-

*suspira algo molesta*
Como digas…..
*se levanta y va hacia la ventana más próxima se prende un cigarrillo y mira desde lejos a los otros dos gobernantes*
No te preocupes la próxima que vuelva a ocurrir sus cuerpos colgaran empalados en la puerta de mi casa…
*sonríe de lado*

((Off: Flor, era mi turno de contestar... el orden es Nikolai, Lilium, Lilinette))

Su mano se posó suavemente sobre la boca rosada de la niña. Sin quitar los ojos de Yustacovich, tomo entre sus deditos una pluma y un rollo de papel
- Suponiendo que tus acusaciones son ciertas, claro, porque vale aclarar que el fervor religioso por bendición de Kain no es propio de mi nada más, me gustaría saber los nombres de quienes se han manifestado ante ti en MI territorio. Debo enviarles una nota, recordándoles ciertos deberes a sus quejas, reportando estos a su duquesa.- Carraspeó para aclararse la voz- Y por supuesto, Yustacovich, mi ducado es próspero, siempreverde. El agua no es problema para nosotros, mas la falta de esta en el tuyo es una evidente reprimenda a tu falta de devoción a la esposa del Gran Kain. O tal vez a algún error al plano personal. -La serenidad de la niña era inmutable - Dime ¿Ya has asaltado niños en tu alcoba o quieres bajar de a poco por las edades de las criaturas? -
Su brazalete hizo un curioso ruido, como un cascabel, cuando este se apoyó en la mesa, junto con su mano y la pluma. Miro con un dejo de disgusto a Lilinette y sus pequeños labios se entreabieron para dejar escapar un fingido suspiro
-Ay, Galbraith. Tu reinado de barbarie ya no es sorpresa para mis oídos.

Ante el bárbaro comentario de su compañera, suspiro y decidió dejar el tema, puesto que solo era para pelea de horas y horas, sobre las leyes del Reino, y no dejaría nada de bueno.

Pero ante el comentario de Lilium, se tenso y su mirada se ensombreció visiblemente, enseñando ligeramente un colmillo.

- Ten mucho cuidado, Niña, y cuida tu lengua, puesto que hasta el día que esta corona te pertenezca, sigo siendo el Rey. Y el mal que me aqueje y acompañe no te incumbe mas si sucede en la privacidad de mis dominios, puesto que mas que decirte las quejas no me meto en los tuyos! -

Suspire molesto, y desvié la mirada. Aquella maldición impuesta hace añares aun acompañaba a su familia, y si, era cierto, que el pequeño Ciel la estaba pagando, aunque jamas diría que lo sufría... Sonrió de lado mirándole.

- Sé que usted es el Rey, mas debería tomar mi comentario como una... opción, causante de su problema de aguas. Debo consultar con los dioses si puedo socorrerlos, ya que no deseo la ira de ellos sobre mis tierras por ayudaros si ha deshonrado a los dioses, ya sea la esposa de Kain o Él mismo. Además... -Sus ojos miraron por la ventana - Como consejo a nuestro Rey - Las ultimas palabras eran cargadas de ironía - No debería poner su vida personal sobre el mal que aqueja a su población, si su comportamiento... como dice, "privado", provoca la sed de vuestros súbditos. - Tocó con uno de sus dedos un mechón de cabello, enredándolo en la fina piel de porcelana y luego deshaciéndolo.

*“valla…parece que la gatita tiene garras” ríe por lo bajo y mira a nikolai…se lo veía bastante tenso…parecería que en algún momento toda la sangre se le subiría a la cabeza.*
- que suerte que no bebo agua…sino ya sería un problema más…creo que las riendas se están yendo de las manos como todas las reuniones que hemos tenido…
*volvió a sentarse y puso las manos detrás de su nuca haciéndolo sonar un par de veces..*
- valla que los años me pasan por arriba…..Qué tal si bebemos algo para poder calmarnos un poco….
*muy dentro de ella estaba odiando haber dicho esas palabras…la falsedad se le notaba a kilómetros de distancia tanto ella como los la conocían sabían que a ella le encantaban los pleitos y mucho más si alguien moría pero mas allá de eso sabia que no se debía jugar mucho con la paciencia de nikolai quizá solo un poco ya que lo hacía divertido pero de vez en cuando había que recordar el puesto que el tenia…*

Entrecerró los ojos algo molesto aun, y asiento. El mismo se levanto y fue a por una copa de Cogñac para Lilium, y 2 de sangre tibia para el y Lillinette.

- Pelear a esta altura no facilitara nada, queridas miás. El Río es uno solo, tarde o temprano afectara a todas las poblaciones... Ademas, la contaminación en el mismo es algo "mortal" no "divino" -

Explico mientras bebía levemente de su copa e invitaba a las demás a hacerlo.

-Pero, ¿Donde se ha generado tal contaminación- Dijo, mas cordial. Los ojos bordearon sus figuras con ímpetu. - Si es en tu ducado, Nebeleth, primeramente soluciona el problema de la contaminación, sino éste volverá y solo pondremos un vendaje que pronto se estropeará.-

Hizo una pausa para llevarse la copa a sus labios rosados. Era un tanto extraño que una "niña" tenga una copa con bebida. Dio unos sorbos -La copa era más grande que sus dedos- y retornó a su erguida posición.

-Esta bien, te ayudaré con las aguas. Serán enviadas 50 carrozas con barriles de agua, garantizo su seguridad hasta la frontera de mi ducado, de allí en mas, es tu responsabilidad - Su voz era suave, mas sus palabras no eran menos firmes y represoras.

Hace una mueca hacia el lado en forma de sonrisa*
-ven…problema resuelto…tanta discusión solo por agua
*toma un trago de su copa y se relame los labios…*
-bien…algo más que resolver?...o ya puedo retirarme…tengo un par de conejillos que me están esperando a ser torturados…
*ríe por lo bajo y termina su poca de un sorbo*

Mis ojos destellaron pues entendí realmente lo que quería decir con eso, y estuve a punto de acotar algo, pero me contuve...

- Puedes irte, si lo deseas Lilinnette, a menos que Tu o Lilium deseen agregar algo mas para discutir. - Suspire un momento y desvié la mirada a Lilium - Agradezco el gesto, y sera bien aceptado. Me encargare de la escolta desde allí hasta el castillo. -

Me acomode en la silla, y deje de jugar con la corona, dejándola reposar sobre la mesa, en el punto medio exacto de los tres... brillaba a la luz del fuego con suma magnificencia, y sus 3 piedras preciosas sorprendían esa noche. Quisas reconocían que sus dueños estaba allí. Una Amatista, Un Rubi, y una Esmeralda.