Reconocimiento [Nanashi&Ciel]

Un ahogado gemido salió de su garganta en el momento en el que le besó el cuello, era un lugar muy sensible para él. Escuchó las palabras del menor detenidamente para ver si así se tranquilizaba un poco y se quitaba la idea de morderle de la cabeza.

Se sorprendió un poco cuando vio que el menor no quería que se fuera, y por esto le agarró el brazo con las piernas. Le sonrió levemente mientras le acariciaba el rostro con dulzura. Por una parte quería irse para no morderle, pero por otra quería quedarse, había encontrado algo de compañía.

-Como quiera...me quedaré, no tengo nada que hacer...-le dijo con una voz tranquila, ocultando su nerviosismo, pensó en varias ocasiones de preguntarle si podía por lo menos probar aquel fluido color escarlata que tan loco le volvía.

La expresión de la cara de nasnashi era como un libro abierto para mi,y mi sangre era la golosina mas deliciosa del señor nikolai.Coloque mi cuello sobre sus fríos labios ,con suma delicadeza y recogiéndome el pelo.

Adelante, morderme,lo estáis deseando,y un simple trago no ara daño a nadie...pero recodad que es prudente parar y no acabar de ninguna manera conmigo. lo entendéis?

Sabia que, así el pobre nasnashi se calmaría,tanto los nervios como su sed de sangre,y que era un mordisquito entre amigos?

Se sorprendió cuando le dijo aquello, quería que le mordiera, pero de lo que no estaba seguro era de si se controlaría lo suficiente para no acabar con su vida. Por un lado se encontraba seguro de que se controlaría y pararía en el momento justo. Notó aquel delicioso cuello rozar sus labios, seguro que la sangre de aquel chico estaría deliciosa.

-Gracias...-le susurró besando dulcemente el cuello del chico para proceder a darle un lametón y clavar suavemente sus colmillos.

Al clavarlos, una pequeña cantidad de sangre empapó sus papilas gustativas, saboreando aquel delicioso manjar. Como había deducido, la sangre de aquel chico era deliciosa, más que de la mayoría de los niños que había porbado. Comenzó a succionar ya más cantidad, cerrando sus ojos de placer, posicionándose encima del chico, con las piernas a cada lado de su cuerpo y acariciándole la cara con delicadeza.

Estaba contento consigo mismo, todavía no había perdido el control, así que cuando ya más o menos estaba satisfecho se separó y lamió la herida con delicadeza. Había bebido lo suficiente para calmar su sed y lo necesario para no acabar con la vida del menor.

-Su sangre es deliciosa...-le susurró mirándole con aquellos ojos rojos que brillaban levemente mientras se limpiaba los restos de sangre de la comisura de los labios.

A-aaaaa nasnashi...-dijo cuando le succionaba la sangre- aaaa...-cerrando los ojos un poco con una pequeña mueca de dolor-

Se coloco sobre mi cuando termino de satisfacer su sed con mi carmesí sangre,se me quedo mirando las ojos, interceptado miradas dulces y serenas como la vida misma lo es.

Dije que no era nada...-dijo mirando hacia oro lado,sonrojado,ya que la idea de tener un chico encima hacia que se pusiese tan nervioso...-

Le sonrió sin apartarse de ecima, sabía que estaba en una postura algo comprometida pero eso le dio un poco lo mismo, el haber bebido sangre humana de niño le cambiaba un poco el carácter y también el aspecto. Su piel se tornó un poco más oscura, dando a conocer su verdadero color al chico. Aún en esa postura le acarició el rostro y cogió su barbilla, obligándole a que le mirase a los ojos, que brillaron un poco a causa de la sangre.

-Estoy en deuda por dejarme saborear su sangre...ahora haré todo lo que me pida...-le comentó sin dejar de acariciarle el rostro ni mirarle a los ojos directamente.

No se bajó el chico y para colmo, sus caderas comenzaron a moverse en un movimiento ondulante. No había perdido el control cuando le estaba succionado la sangre, sino cuando ésta estaba recorriendo sus finas venas, mezclándose con la suya. Al notar el nerviosismo del menor se paró en seco, pero sin bajarse, mirándole con los ojos entrecerrados y dedicándole una dulce sonrisa que se mezcló con una algo picarona.

Nasnashi....-dijo algo mareado,pero con un mareo sin importancia- no te preocupes no necesito nada...-dijo sonriendo y con los ojos medio cerrados que le daba un grado de serenidad,mientras le sonreía feliz- eres único lo sabes no?

Entonces le acaricio el mentón con delicadeza y dulzura , mordiéndose un poco el labio inferior.Aunque le atraía bastante, tampoco iba decírselo,al fin y al cabo era un compañero de trabajo nada mas y nada menos.Observo lo que el otro hacia con detenimiento pero con dulzura.

Se sorprendió cuando le preguntó aquello, no salía de su asombro pensaba que era único...realmente no se lo creía, le habían dicho muchas cosas malas pero ninguna buena. Aquella palabra había cogido ahora cierto significado fuerte.

-¿Único?¿yo? ¿Por qué piensas eso de mí?-le preguntó tremendamente extrañado, todavía no salía de su asombro, sentía la imperiosa necesidad de saber el por qué.

Sonrió dulcemente cuando le acarició el mentón, poca gente le acariciaba con esa dulzura. Alzó la mano y la posó sobre la cálida mano del chico, notando aquel contraste de temperaturas. Las acciones del chico daban a entender lo que quería, pero quizás le incomodara decir lo que en realidad quería así que decidió callarse y esperar a que respondiera a su pregunta.

Eres unico y dulce.....tu crees que eres un monstruo pero nada de eso....-mira a otro lado sonrojado teniendo encima al otro- y nasnashi,enserio,no esta en deuda....a sido un placer...

Por que demonios nasnashi hacia que me sonrojase cuando simplemente eramos amigos,de momento,seguramente seria por la perdida de sangre, de todas formas no pasaba nada en absoluto por el hecho de sonrojarse,no?

En estos momentos no sentía la necesidad de beber su sangre, sino de besarle dulcemente; pero sabía que aquello estaría mal, por lo que optó por darle simplemente un beso en la mejilla. Su fría mano pasó por el cuello del niño acariciando el lugar por donde había mordido.

-Muchas gracias...nunca olvidaré esas palabras...-subió la mano por el cuello del niño hasta llegar a sus labios, los cuales acarició dulcemente con la yema de los dedos mientras los miraba deseoso de probarlos.

Se dio cuenta de la postura en la que estaban, algo comprometida, así que se bajó corriendo de encima del chico y se recostó a su lado, mirándole con aquellos ojos rojos como la sangre. Se sentía querido, nunca antes se había sentido así y todo gracias a aquel niño.

-Debe estar cansado...-le dijo sin dejar de mirarle fijamente-...puede descansar tranquilamente a mi lado...

Le dedicó una dulce sonrisa mientras le acariciada el cabello, enredándolo entre sus fnos y gélidos dedos.