Escapando de las miradas
Página 1 de 1.
Escapando de las miradas
Necesitaba algo de tranquilidad, escapar de las miradas de la gente, deseaba sentirse solo por primera vez en su vida. Era algo raro en él, pero era así. Anduvo solitario por el bosque, levantando las alas para que las plumas blancas largas no quedaran enganchadas en cualquier tronco seco que descansara en el suelo. No le gustaba mucho ese ambiente, pero era el único lugar en el cual escapar de la realidad y soñar. Otra de la causa por la que fue a aquel lugar era porque quería ver de atardecer; aquel color rojizo en el que se tornaba el cielo por este fenómeno le recordaba vagamente a la persona que le quemó el ojo derecho. Aún habiendo hecho eso le quería, era el único que no le trataba con maldad por su aspecto físico, supo sacar su verdadero yo interior.
Logró salir del bosque, un maravilloso río de aguas cristalinas se postró ante él, era realmente hermoso, nunca había visto algo tan precioso. Agachó las alas dejando que aquellas plumas blancas arrastraran por el suelo y se acercó al río. Se agachó para tocar el agua, sentir como acariciaa su piel y le hacía cosquillas. En su rostro se le dibujó una agradable sonrisa, aquel lugar aunque no le gustara le transmitía mucha paz. Por fin podía dejar de escuchar las risas y burlas de la gente, y oír el bello canto de los pájaros.
-Esto sí es tranquilidad...
Alzó la cabeza y cerró los ojos, respirando aquel agradable aroma, sientiéndose relajado. Su cuerpo fue invadido por la paz y la tranquilidad. En estas que se sentó en el suelo y apoyó las manos en ésta, levantando un poco las alas y mirando el cielo que se tornaba rojizo. Una bella imagen sin duda.
Logró salir del bosque, un maravilloso río de aguas cristalinas se postró ante él, era realmente hermoso, nunca había visto algo tan precioso. Agachó las alas dejando que aquellas plumas blancas arrastraran por el suelo y se acercó al río. Se agachó para tocar el agua, sentir como acariciaa su piel y le hacía cosquillas. En su rostro se le dibujó una agradable sonrisa, aquel lugar aunque no le gustara le transmitía mucha paz. Por fin podía dejar de escuchar las risas y burlas de la gente, y oír el bello canto de los pájaros.
-Esto sí es tranquilidad...
Alzó la cabeza y cerró los ojos, respirando aquel agradable aroma, sientiéndose relajado. Su cuerpo fue invadido por la paz y la tranquilidad. En estas que se sentó en el suelo y apoyó las manos en ésta, levantando un poco las alas y mirando el cielo que se tornaba rojizo. Una bella imagen sin duda.
Aihezar- Forastero
- Mensajes : 10
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|